viernes, 28 de septiembre de 2007

Recuerdos del campito 2.

Pasó un primero de mayo de 1997. El día de los trabajadores en tan peculiar barrio podría ser denominado "día de las canchitas ocupadas", ya que gente de todo el barrio y aledaños se reunen en las mismas para pelotear y disfrutar. Es por ello que entre partido y partido se producen baches importantes de tiempo. Mientras con mis amigos esperabamos que la cancha se "liberase" para poder jugar entre nosotros se produjo un insidente entre los muchachos que integraban el partido de turno. Un jugador debio abanonar la cancha lesionado por un golpe. Frente a la ausencia alguien debía ocupar su lugar. "Bo, el de camiseta de boca, entra voz".... El de camiseta era yo, la misma habia sido recientemente adquirida en el país vecino y llamaba la atención a los ojos de quien la veía. "Si, entra vos, no seas cagón!"... Vale aclarar que quienes estaban jugando en la canchita eran integrantes de un asentamiento (cante) vecino que por una especie de xenofobia nos merecian un respeto especial (cagazo). Entra el de boca grito uno, ya no tenía alternativa, debia jugar. La primera pelota que recibo fue sobre la línea de fondo, el muchacho que me me venia a marcar se mostraba desafiante. Resulta que por obra del destino mi despeje resulto en un caño extraordinario. Quien me conoce como jugador sabe que no soy nada habilidoso y que seguramente me salió de suerte. A continuación el golero de mi equipo, quien a su vez había sido el mismo que me desafio a entrar, me comentó.... ahora aguanta! Suerte que era de mi equipo y me avisó ya que al darme la pelota el mismo jugador al cual le pasé la pelota entre las piernas se desquito de mi "ofensa" con una cruel patada que mis piernas todavía recuerdan con dolor. No había ningún otro valiente con camiseta de fútbol llamativa por lo cual el partido debió continuar con un jugador menos.

7 de Julio.

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